En la obra se observa que la frase de Napoleón Bonaparte
cobra vida: "Sólo hay dos palancas que muevan a los hombres: el miedo y el
interés"; algo que queda reflejado a lo largo de la obra en los diferentes
momentos donde la protagonista se ausenta de su hogar, como cuando vuelve. Más concretamente, el miedo de Ellis se
percibe cuando tiene abandonar la comodidad del hogar materno, Irlanda; o
cuando se enfrenta a vivir en un nuevo país; o que su madre, persona de fuertes
valores y personalidad fría, descubra
que está casada y por lo civil. Estos momentos marcan una línea sucesoria con
un esquema fijo de cuatro etapas: presencia – ausencia – presencia –
ausencia, y todos ellos marcados por el
miedo.
En cuanto a la simbología que tiene la madre en la novela, es
fácil de identificar comenzando de un modo morfológico, dado que la madre de
Ellis representa a Irlanda, su patria natal. Por tanto, cuando la protagonista
tiene que irse a Brooklyn a trabajar, siente como se aleja de su madre y de su
madre patria, sintiendo añoranza porque se separa de quien la vio nacer,
crecer, sonreír, aprender y dar sus primeros pasos.
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